
Lamentamos profundamente la
irresponsabilidad institucional de una parte de la oposición, que ante la
imposibilidad numérica de imponer por la fuerza una metodología, optó por
obstruir el normal funcionamiento de la Cámara, quedando al descubierto su
incapacidad de diálogo, de gestión y de vocación republicana.
Celebramos asimismo, que una
parte del arco opositor se haya hecho presente en el recinto, planteando sus
diferencias y sus desacuerdos en el lugar donde debían hacerlo, de la manera en
que la Constitución y las leyes en vigencia
consignan que debe hacerse, respetando el ordenamiento normativo
vigente, y la investidura del funcionario público que en cumplimiento de un
mandato constitucional, asistía a brindar su informe de gestión.
Actitudes obstruccionistas como
las que tomó ayer parte de la oposición que se negó a cumplir con su
responsabilidad como integrantes de uno de los poderes del Estado, no hacen más
que demostrar que sus pedidos de mayor institucionalidad se dan sólo en el
plano discursivo, y chocan de frente con sus propias acciones.