3 de julio de 2014

Homenaje a la memoria del General Juan Domingo Perón

Diputado Nacional Jorge Cejas - Recinto de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación - Miércoles 3 de julio de 2014


Sr. Presidente (Domínguez).- Para rendir homenaje a Juan Domingo Perón, presidente de la República, tiene la palabra el señor diputado por Río Negro.

Sr. Cejas.- Señor presidente: los hombres que trascienden la vida política e histórica de la Argentina merecen nuestro reconocimiento, por lo que expreso mi adhesión a los homenajes a Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen.
    Ayer se cumplieron cuarenta años de que falleciera en la República Argentina, su patria, su tierra, Juan Domingo Perón.
     Fue militar, político, filósofo, escritor, docente y, sobre todo, estadista. Tres veces presidente de la Nación por el voto popular, fue el impulsor de uno de los hechos políticos de mayor trascendencia en la historia de la República Argentina. Digo esto porque, en síntesis con el pueblo, fue el gestor del 17 de octubre de 1945.
        Seguramente cada uno de nosotros ha hecho el análisis histórico y desapasionado de lo que significó Perón para la República Argentina. Personalmente no tengo dudas de que fue el intérprete cabal del sentir de las mayorías populares de nuestro país.
    Además, supo sintetizar la idiosincrasia del hombre de pueblo, del de la Capital, del de Buenos Aires y del interior del país. También tuvo una clara posición ideológica en un mundo que se dividía en bloques; por eso planteó ideológicamente la tercera posición.
    Tuvo un concepto acabado de lo que tenía que hacer en una Argentina en la que por aquellos tiempos una vaca valía más que un ser humano.
    A través de esas políticas –al principio fundamentalmente de carácter social- supo incluir a los desposeídos, es decir, a los que menos tenían, al haber considerado al ser humano como eje y principio elemental de su dignificación. En este sentido, los primeros en sentarse a la mesa de Perón eran los más humildes.
    Fue un hombre que interpretó acabadamente la integración del territorio nacional. Muchas de las provincias, tanto del norte como del sur de nuestro país, que hoy tienen un nombre propio –entre ellas mi querida provincia de Río Negro- fueron provincializadas por el general Perón, porque tenía una idea integral de lo que significaba la República Argentina.
    También sustentaba de manera férrea el concepto de la justicia social, ya que el derecho de los niños y el de los ancianos estaban en la consideración principal del general Perón.
    Siempre trató de dignificar a los trabajadores creyendo principalmente en los sindicatos y en la conformación de la dignificación del trabajador. ¿Quién no recuerda el Estatuto del Peón Rural? A través de ese instrumento se pudo rescatar al más pobre los pobres, al que estaba esclavizado en la tierra. Justamente por eso en determinado momento les dijo que había que cortar los alambrados y derribar las tranqueras. Lo señaló en función de liberar a esos hombres y mujeres que estaban olvidados de la mano de Dios.
    Perón siempre hablaba pensando en cincuenta años por delante y planteaba un mundo diferente haciendo eje en el ser humano. ¿Quién no recuerda la clase magistral que en 1950 dio Perón en la provincia de Mendoza? En esa ocasión le habló al mundo entero y a los argentinos de lo que era el medio ambiente y de la necesidad de que los habitantes de cada región del mundo cuidaran su hábitat natural.
    ¿Quién no recuerda lo que significó para el gobierno peronista la industrialización del país? Nos hablaba de agregar valor agregado, de sustituir importaciones, de ampliar la frontera agropecuaria y de ir en búsqueda de la tecnología de punta. Esas políticas favorecían la integración de nuestro país, pero también trascendían nuestras fronteras cuando hablaba de la necesidad de lograr la unidad de los países de América del Sur.
    Podríamos estar horas hablando de Perón y de la pasión de Evita, que acompañó a este gran estadista. En mi opinión esa fue una síntesis perfecta gracias a la cual el pueblo argentino vivió años de muchísima felicidad.
    Hay tres conceptos que van a quedar grabados a fuego en la historia política argentina. Una patria justa, libre y soberana. Estaba convencido de que de esta manera el pueblo argentino podía salir adelante.
    Estuvo diecisiete años fuera del país por un terrible golpe de Estado que no tenía simplemente como objetivo sacar a Perón; buscaba no dejar avanzar al pueblo argentino en busca de su propia felicidad.
    Volvió y planteó la paz para todos los argentinos. ¿Quién no recuerda los discursos? Uno tiene que dar un valor especial a la despedida del doctor Balbín a un adversario que devenía en amigo.
    Quiero reconocer a mi bloque esta posibilidad que hoy tengo y plantear lo mismo que proponía el general Perón en su momento: la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación. (Aplausos.)