Y la Cámara de Diputados cumpliendo su rol institucional, como no lo pudo hacer en el año 2010 cuando la oposición decidió dejar sin presupuesto al gobierno nacional, ayer a la medianoche hemos girado al Senado el proyecto de ley de leyes, que debidamente tratamos en el seno de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Una vez más nuestro gobierno nacional vuelve a poner a consideración de este Honorable Congreso, un proyecto de presupuesto que privilegia la inclusión social, desde todo sentido.
Un proyecto que defiende todos los planes y esquemas que ayudaron a recomponer el tejido social roto que había dejado tras de sí la crisis institucional, económica, financiera y moral que la República había atravesado a principios de siglo.
Es éste por sobre todas las cosas un proyecto realista, que plantea una expectativa de crecimiento moderada comparada con años anteriores, pero inmensamente superadora si se la compara con la de otros países, incluso mucho de los del denominado “primer mundo”.
El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo Nacional no hace más que reafirmar un rumbo que comenzó a trazarse en mayo de 2003 y que aún perdura hasta nuestros días. Un rumbo que marcó una recuperación económica impensada, pero que por sobre todas las cosas, devolvió la dignidad a nuestro pueblo.
Un eje rector de crecimiento con inclusión social y recuperación del orgullo nacional, que ha visto su correlato en la realidad con las medidas más significativas que han hecho realidad el sueño de millones de argentinos:
- Asignación Universal por Hijo.
- Asignación Universal por embarazo.
- Declaración de interés público al logro del autoabastecimiento hidrocarburífero y recuperación del control de YPF.
- Recuperación de Aerolíneas Argentinas como línea aérea de bandera.
- Recuperación estatal de los fondos de jubilaciones y pensiones, que diera origen al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de AnSES, verdadero círculo virtuoso de la economía nacional.
- Dos millones y medio de nuevos jubilados.
- Cinco millones de puestos de trabajo recuperados.
- Revalorización de la ciencia y la tecnología, con la repatriación de científicos argentinos que estaban en el exterior. Hoy, fruto de ello, podemos mostrar al mundo con orgullo a Tecnópolis.
- Puesta en valor de la educación, llegando a la meta prefijada del 6% del PBI como inversión en este ítem.
- Recuperación del sistema de salud público, con hospitales nacionales de jerarquía.
- Puesta en valor del sistema público de educación universitaria, con la apertura de nuevas universidades y ampliación de las ya existentes.
- Mantenimiento de la obra pública, como solución a los problemas de los argentinos y generadora de mano de obra genuina.
Particularmente en lo que respecta a mi provincia, Río Negro, debo destacar la continuidad de la inversión en obras de infraestructura, la previsión de trabajos de reacondicionamiento y puesta en valor de las Rutas Nacionales 22 y 23, y el aporte a las Universidades Nacionales de Río Negro y del Comahue.
Soy consciente de lo mucho que se ha hecho y de lo mucho que todavía queda por hacer. Pero también soy consciente que vivimos en un mundo convulsionado, con los fantasmas del hambre y la desocupación sobrevolando ya no solamente a los países en vías de desarrollo, sino también a las sociedades de las otrora grandes potencias económicas.
En ese marco, el presupuesto elevado por el Ejecutivo Nacional no sólo satisface las expectativas de quienes pretenden una administración seria y responsable de los fondos públicos, sino que además permite vislumbrar el futuro con cierto optimismo y esperanza.
Por todo lo expuesto, hice expreso mi apoyo a través del voto, al Proyecto de Ley de Presupuesto de Gastos y Recursos de la Administración Pública Nacional para el Ejercicio Fiscal 2013, elevado por el Poder Ejecutivo Nacional.